Aunque no seamos conscientes de ello, la tecnología y en particular la inteligencia artificial interviene en la toma de decisiones que tienen directa consecuencia en nuestras vidas. Ya sea en un proceso de selección de personal, de la concesión o no de un crédito, una beca, un seguro determinado o un subsidio. Entonces, la pregunta obligada es con qué criterios y en base a qué datos se adoptan esas decisiones. Hemos visto en otro artículo, que la tecnología aún no es del todo independiente y que los parámetros, de alguna manera, son fijados por humanos. Como cualquier creación nuestra heredarán nuestros prejuicios, estereotipos, sesgos, y arbitrariedades.
Renata Ávila, cofundadora de la iniciativa Alianza A plus por algoritmos inclusivos, cita el ejemplo de Amazon que: "buscó implementar un sistema de inteligencia artificial para simplificar sus procesos de contratación. Al recibir una cantidad enorme de postulaciones, creó un sistema algorítmico que analizó qué personas dentro de sus trabajadores tenían el mejor desempeño, y buscó entre las y los nuevos postulantes a personas que tuvieran características similares, para darles prioridad en la contratación”.
"El problema es que Amazon-como la mayoría de las empresas del mundo- sufre de los sesgos de género, y su planta de empleados tiene mayor cantidad de hombres. Por esto, la inteligencia artificial empezó a rechazar los CVs de las mujeres”.
"Esto evidencia que el aprendizaje automático codifica las desigualdades del mundo offline y sus discriminaciones históricas”.
Si construimos un sistema que aprende todo acerca del lenguaje como para poder entenderlo y reproducirlo, también incorporará los prejuicios de género.
Esto es algo que ya está sucediendo. Por ejemplo, Microsoft desarrolló un “chatbot” (un programa informático con el que es posible mantener una conversación) y lo alimentó a través de la información de publicaciones de Twitter. Apenas 15 horas después de su lanzamiento al público, el robot digital se refería al feminismo como “un culto” y un “cáncer" . La compañía tuvo que eliminar la utilidad a menos de un día después de su lanzamiento.
Sin embargo, las pioneras ya marcaron el camino y nombraré sólo a algunas de ellas:
Ada Lovelace (Londres, Gran Bretaña)
Nació en una familia aristócrata en la Inglaterra de 1815 pero su madre, Anne Isabella Noel Byron, matemática y activista social y política, se negó a que tuviese la misma educación que el resto de niñas. Así, fue educada por Mary Somerville, astrónoma y matemática autodidacta.
Su infinito interés por las ciencias le llevó a conocer en su juventud al que se convertiría en su marido: el matemático Charles Babbage, inventor de la máquina analítica, considerada la antecesora de los ordenadores modernos. Ella fue la encargada de traducir al inglés el primer artículo que habla de esta máquina y, además, añadió algunas notas explicativas: una de ellas está considerada el primer algoritmo destinado a ser procesado por un ordenador, por lo que se le considera la primera programadora informática.
Terah Lyons (California, Estados Unidos)
Su trabajo como asesora política del director tecnológico de Estados Unidos en la Casa Blanca le llevó a ser la encargada de codirigir la iniciativa de Inteligencia Artificial, que marcaría el futuro del diseño de una estrategia de política nacional sobre esta tecnología. Además, en la actualidad es directora ejecutiva de la Alianza para la Inteligencia Artificial, una asociación que identifica buenas prácticas para que esta tecnología se use en beneficio de las personas y la sociedad y para evitar que se vuelva en contra de la sociedad actual.
Cecilia Tham (Hong Kong, China)
Esta mujer es la cofundadora de AllWomen.tech, el primer campus de formación en inteligencia artificial exclusivo para mujeres, que tiene una duración de 11 semanas y se celebra en Barcelona. Junto a Laura Fernández, decidió llevarlo a cabo porque es una tecnología que todavía está en desarrollo y que, con un programa formativo diseñado con la mujer como centro, se puede crear desde una perspectiva diversa, colectiva e igualitaria. Además, ha creado recientemente el FabCafé, el primer bar que ofrece tecnología de fabricación digital.
Robin Murphy (Georgia, Estados Unidos)
Es la directora del laboratorio de inteligencia artificial de la Universidad de Texas, profesora de Ciencias de la Computación e Ingeniería en la misma universidad y fundadora de Roboticistas Sin Fronteras. Esta licenciada en ingeniería mecánica es actualmente una de las mujeres más influyentes en el mundo de la informática. Otra de sus facetas destacadas es la de ser fundadora de los campos de robótica de desastres, que permiten insertar sistemas no tripulados en diferentes catástrofes. Algunos ejemplos ya realizados han sido el uso de robots en el Huracán Katrina o durante el accidente nuclear de Fukushima.
¿Y en Argentina?
Aprendete los nombres de este equipazo Ana Liberoff, Natalia Pessacg y Silvia Flaherty son las tres científicas argentinas que viven en Puerto Madryn y que utilizaron inteligencia artificial (IA) y redes neuronales para confeccionar un mapa que permitirá usar el agua del río Chubut de manera más eficiente y con una mirada de largo plazo.
La investigación se realizó bajo el programa AI for Earth (para la tierra) de Microsoft, que puso a disposición durante un año entero una plataforma de Inteligencia artificial denominada Microsoft Azure.
El programa AI for Earth invierte en investigación de IA y tecnología con foco en cuatro áreas clave: cambio climático, agricultura, biodiversidad y agua.
En definitiva, ante el avance en el desarrollo de esta nueva creación, llamada inteligencia artificial, recordemos siempre que debemos participar todos para que en este mundo quepan muchos mundos.
Fuentes:
https://news.un.org/es/story/2019/06/1456961
https://ia-latam.com/2019/10/03/inteligencia-artificial-y-el-rol-de-las-mujeres/
https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/mujeres-desarrollo-inteligencia-artificial/